La industria musical siempre está en busca de la siguiente gran voz, de esa cantante que pueda hacer sentir escalofríos a cualquiera con su estilo, con su madurez, con su interpretación. Hay algunas que llegan, triunfan pero desaparecen al poco tiempo, como si de estrellas fugaces se tratase. Solo unas pocas consiguen mantenerse ahí arriba y llegar a ser no solo grandes artistas, sino iconos de la música pop. Hablamos de mujeres como Madonna, Mariah Carey, Amy Winehouse o más recientemente, Lady Gaga y Adele. Portentos vocales que además posee un carisma especial que hace que nadie les pueda quitar el ojo de encima. Muy diferentes entre sí, todas ellas han logrado triunfar por todo lo alto y durante varias décadas en algunos casos, en un mundo tan competitivo como el de la música. Sin embargo, comparar a Adele con las demás, más allá del nivel de éxito, puede ser algo osado.
Y es que la británica es bastante diferente a las otras grandes divas nombradas, y no solo por su nacionalidad, sino por su estilo, su manera de cantar, su sobriedad en el escenario, sus canciones… Al contrario que la mayoría de otras artistas, Adele se ha mantenido fiel a su estilo emocional e intimista, sin dejarse engatusar por la música de baile o el pop más comercial. Llegó al éxito siendo muy joven y no ha escondido nunca sus complicaciones para manejar esa fama, pero nos ha seguido regalando auténticas maravillas en forma de discos y canciones desde que su primer larga duración, 19, apareciera en el año 2008. Más de una década después, Adele se ha convertido en una de las cantantes más prestigiosas, populares y premiadas de este siglo, y va camino de grabar su nombre en letras de oro en la música, como toda una leyenda, porque parece que su evolución no tiene techo.
Infancia y primeros años
Nacida en Londres en 1988, Adele comenzó muy pronto a mostrar interés por la música, sobre todo por su voz. Se obsesionó con diferentes cantantes a lo largo de su niñez y al llegar a la adolescencia descubrió a artistas de soul y jazz como Etta James o Ella Fitzgerald, que marcaron por completo su estilo desde ese momento. Decidida a convertirse en artista, ingresó en la BRIT School de Artes Escénicas, una prestigiosa escuela de Londres, donde llevaría a cabo sus estudios sobre música y producción. Pasó tres años, hasta cumplir los dieciocho, en aquella academia, produciendo algunas canciones y realizando cursos en los que tenía que grabarlas. Una de aquellas demos fue subida a MySpace por un amigo, y llamó la atención de un productor musical, que se interesó por conocerla.
Sus inicios en el mundo de la música
En 2006, Adele firmó su primer contrato profesional con apenas 18 años, con XL Recordings. Después de aparecer como invitada en algunas canciones, su disco debut vio la luz en 2008, bajo el título de 19, la edad que la joven tenía cuando compuso la mayoría de aquellas canciones. El éxito del disco fue inmediato, no solo en Inglaterra, donde consiguió numerosos galardones, sino también en Estados Unidos, donde sus temas sonaron muchísimo. Tanto es así que en 2009 obtuvo su primer premio Grammy como Mejor Artista Revelación. La carrera de Adele estaba solo despegando, y su arrollador éxito se confirmaría años después con el lanzamiento de 21, su segundo disco, que fue un auténtico boom vendiendo cerca de 20 millones de copias en todo el mundo y permitiéndole ganar nada menos que seis Gramnys en la ceremonia de 2012, más otro más en la de 2013. Todo un record jamás conseguido por ninguna otra artista.
Características musicales
Adele ha demostrado, sobre todo, tener una voz muy personal y especial. Con mucha influencia del soul y el jazz de los 50 y 60, la artista ha conseguido convertir su tono de voz en algo único y reconocible. Ha jugueteado con esos estilos, con algunas pinceladas de rock y electrónica, pero su música se puede catalogar como pop emotivo y emocional. La artista ha citado una gran cantidad de influencias, sobre todo femeninas, de artistas que la han marcado, desde Lana del Rey a Madonna o Annie Lennox. Su estilo cercano a la música negra más comercial y su voz de contralto suponen un contraste muy especial que hace que su forma de cantar destaque muchísimo en el estilo que desarrolla. Además, es ella la que se encarga de escribir todas sus canciones, a veces junto a otros compositores y productores.
Mejores canciones
La primera canción que llamó la atención del público fue Chasin Pavements, de su disco 19, que llegó a ser nominada a un Grammy. Sus éxitos más notables, sin embargo, llegaron con el álbum 21. La canción elegida como single, Rolling In The Deep, supuso todo un revulsivo en las radios comerciales, llegando a ser una de las más escuchadas de aquel 2011 y del 2012. Set Fire To The Rain y Someone Like You obtuvieron también un éxito arrollador, de la misma forma que Hello, el anticipo de su tercer y por ahora último lanzamiento, una canción lanzada en 2015 que demostró que Adele estaba preparada para seguir por esa senda de éxito espectacular que había comenzado casi una década antes. La canción Skyfall, escrita para la película de la saga Bond del mismo nombre, también resulta tremendamente interesante, y le permitió ganar un Oscar y un Globo de Oro.
Vida personal
Adele siempre ha sido una chica muy celosa de su vida personal. El éxito le llegó con tan solo 20 años, y ha reconocido que le costó bastante acostumbrarse a esa fama tan joven. La joven, que mostraba un evidente sobrepeso al principio de su carrera, también tuvo que luchar por la manera en la que la gente la veía y la juzgaba por su aspecto. En los últimos años, su cambio a una vida más saludable le ha permitido desprenderse de muchos de esos complejos, pero sigue luchando para salvaguardar su tranquilidad y su paz mental ante todo lo que la rodea. En el año 2012 se casaba con el empresario Simon Konecki, con quien tendría su primer hijo ese mismo año, al que pondría de nombre Angelo. Sin embargo, en abril de 2019, la pareja anunciaba su separación después de siete años de matrimonio, mientras aseguraban que seguirían criando a su hijo juntos.